Bachillerato Internacional y soft skills: un puente entre la formación integral y la inteligencia artificial

Integrar lo humano y lo tecnológico en la educación del siglo XXI

El desarrollo integral del alumnado exige mucho más que buenas calificaciones. La educación debe cultivar no solo la mente, sino también el carácter, la empatía y la capacidad de adaptación. En este contexto, el Bachillerato Internacional (BI) —reconocido por su enfoque en la formación integral y la ciudadanía global— se ha consolidado como un modelo que equilibra dimensiones cognitivas, éticas y emocionales.

Sin embargo, hasta hace poco, medir y acompañar el desarrollo de estas dimensiones resultaba un desafío. ¿Cómo evaluar objetivamente la curiosidad, la empatía o el equilibrio emocional? ¿Cómo traducir los atributos del perfil del BI en competencias observables y entrenables?

La respuesta empieza a llegar de la mano de la inteligencia artificial.

Un proyecto pionero: Irabia-Izaga y Human AI

El Colegio Irabia-Izaga (Pamplona) ha dado un paso innovador al integrar Human AI, una plataforma de inteligencia artificial desarrollada para medir y potenciar competencias socioemocionales (SES) mediante el análisis del lenguaje natural.

El proyecto, presentado por el docente Fernando García en el II Congreso Internacional DocencIA, fue desarrollado en colaboración con el equipo de Human AI. Su objetivo: alinear los diez atributos del perfil del Bachillerato Internacional —indagación, conocimiento, razonamiento, comunicación, integridad, mentalidad abierta, solidaridad, audacia, equilibrio y reflexión— con las 35 competencias socioemocionales derivadas del modelo OCEAN (los “Big Five” de la personalidad).

A través de esta correspondencia teórica y práctica, se logra un marco educativo coherente entre los principios del BI y las evidencias científicas de la OCDE sobre el papel de las soft skills en el éxito académico y personal.

De los atributos a las competencias

El estudio identificó correspondencias significativas entre los atributos del perfil del BI y las SES. Por ejemplo:

  • Indagación se relaciona con mentalidad abierta, curiosidad intelectual y compromiso con los demás.
  • Comunicación con empatía, asertividad, colaboración y sociabilidad.
  • Integridad con sentido del deber, responsabilidad y franqueza.
  • Audacia con regulación emocional y búsqueda de acción.
  • Equilibrio con estabilidad emocional y orden.
  • Reflexión con deliberación y autoconciencia.

Estas asociaciones no solo tienen valor teórico: permiten operacionalizar el desarrollo socioemocional del alumnado con datos objetivos. Human AI genera informes individuales y grupales que ayudan al tutor a identificar fortalezas, áreas de mejora y posibles líneas de acción. Además, incluye un recomendador pedagógico que traduce los resultados en planes personalizados para trabajar en tutoría o aula.

IA al servicio del acompañamiento humano

Lo más interesante de esta experiencia es su equilibrio entre tecnología y humanidad. Como subrayó Fernando García, “la herramienta no sustituye al tutor, sino que amplía su mirada”. Human AI ofrece una evaluación rápida, objetiva y contextual —a partir de textos escritos por los propios alumnos—, pero la interpretación y el acompañamiento siguen siendo profundamente humanos.

El modelo Irabia-Izaga refuerza las cuatro dimensiones de su desarrollo educativo —física, cognitiva, socioemocional y espiritual— demostrando que la inteligencia artificial puede ser una aliada ética para personalizar la educación sin deshumanizarla.

Conclusiones: un referente para la educación integral

La integración del Bachillerato Internacional con la evaluación socioemocional basada en IA representa un modelo educativo pionero, donde los valores del BI encuentran un correlato medible y formativo en las soft skills del siglo XXI.

El proyecto confirma lo que la investigación científica viene señalando: que las competencias socioemocionales —empatía, responsabilidad, autocontrol o curiosidad— son entrenables, evaluables y predictoras del bienestar y el éxito académico.

Human AI traduce esa evidencia en práctica educativa, permitiendo que cada alumno conozca mejor sus fortalezas, que cada tutor disponga de datos objetivos y que cada centro pueda construir una cultura de aprendizaje más humana, consciente y basada en evidencia.

“Detrás de cada modelo de inteligencia artificial debe haber una intención educativa: comprender mejor a las personas para ayudarlas a desarrollarse plenamente.”

Fernando García, docente en Irabia – Izaga