Contar con la IA para educar y orientar

¿Puede la IA aportar a los buenos docentes?

La revolución tecnológica nos invita a mirar de frente el papel de la inteligencia artificial (IA) en la educación, pero también nos exige no perder de vista lo que sostiene la enseñanza: la vocación, el criterio y la capacidad de orientar.


Compartimos algunas claves para una convivencia realista, ética y humana entre tecnología y docencia, desde una convicción: una IA bien diseñada no sustituye a un buen profesor, sino que puede potenciar su impacto en educación.

Repensar el rol docente en la era digital

Vivimos tiempos de transformación acelerada. La IA genera informes, sugiere respuestas, evalúa con rapidez. ¿Pero puede escuchar? ¿Puede detectar el silencio significativo de un alumno? ¿Puede generar vínculos de confianza? La tecnología puede aportar, pero no reemplazar.
Como señalaba Raúl Santiago en la jornada “La formación sin, con y a pesar de la IA” organizada por el Servicio Navarro de Empleo – Nafar Lansare:

“La IA es capaz de hacer muchas cosas, pero no todas. Hay tareas que las personas siempre vamos a tener que hacer. Son las que dan sentido«.

Un buen docente no solo enseña: interpreta, acompaña, desafía, motiva, orienta. Y esas funciones no pueden ser delegadas a un algoritmo. Lo que sí puede hacer una IA es ofrecer al docente datos útiles para comprender mejor a sus alumnos, facilitar el seguimiento, detectar patrones y apoyar la personalización del aprendizaje.

IA y orientación profesional: una oportunidad si se hace con criterio

En el contexto de la formación para el empleo, el papel del docente se vuelve aún más complejo. No se trata solo de enseñar contenidos, sino de ayudar a construir trayectorias vitales y profesionales. Y es aquí donde una IA ética y bien contextualizada puede marcar la diferencia:

  • Apoyando el diseño de itinerarios personalizados.
  • Identificando competencias transversales o blandas.
  • Evaluando el lenguaje natural de los alumnos para comprender mejor su potencial.

Desde Human AI trabajamos con varios organismos públicos para que esto sea posible. Nuestra herramienta no se limita a “medir” personas, sino que busca reflejar con objetividad y rigor lo que a veces solo se intuye en clase.

¿Formar con IA? Solo si es con principios

En el evento organizado por el SNE-NL, al que asistieron más de 80 docentes, se compartieron inquietudes y perspectivas valiosas. Benito Echeverría nos recordó que formar no es solo transmitir contenidos, sino conjugar los verbos “ser” y “estar” con autenticidad. Montse Sanz analizó las competencias que hoy demanda el mercado laboral, y cómo muchas de ellas tienen que ver con lo humano: pensamiento crítico, creatividad, capacidad de comunicación.
Frente a estos desafíos, la IA no puede venir a estandarizar aún más los procesos educativos, sino a reconocer la singularidad de cada alumno.

Desde Human AI, nos preguntamos para reflexionar:

  1. ¿Cuáles deberían ser los principios éticos que guíen la introducción de IA en contextos formativos?
  2. ¿Cómo están integrando en su labor docente el marco de AI Literacy impulsado por la Comisión Europea, la OCDE y Code.org?

La alfabetización en IA no solo implica saber usar herramientas, sino también comprender sus límites, evaluar su impacto, y formar con conciencia tecnológica. Como dijo uno de los participantes: “necesitamos herramientas con alma, pero sobre todo, personas con criterio para usarlas”.

El valor del juicio docente

Una buena herramienta no puede tomar decisiones por el docente. Puede sugerir, pero no imponer. Puede apoyar, pero no sustituir el juicio pedagógico.
Por eso, el futuro de la educación no se juega en la automatización, sino en la calidad del discernimiento humano.

Como recoge el documento base de este artículo:

“Educar no es solo enseñar a usar tecnologías. Es enseñar a convivir con ellas sin perder la orientación interior.”

Frente a la tentación de delegar, necesitamos formadores capaces de filtrar, discernir y educar con propósito.
La IA puede facilitar rutas en educación, pero solo el docente sabe cuándo un alumno necesita una pausa, una exigencia o una palabra a tiempo.

AI Literacy global: claves para la formación continua

La propuesta de «AI Literacy» promovida por la Comisión Europea, la OCDE y Code.org no se limita a competencias técnicas. Su enfoque aboga por una comprensión crítica, ética y social de la IA. El objetivo no es formar usuarios pasivos, sino ciudadanos capaces de interactuar con la IA de forma reflexiva.

Esto implica formar docentes que no solo comprendan cómo usar IA en el aula, sino que puedan enseñar a sus alumnos a pensar con criterio sobre su impacto. El marco AI Literacy plantea niveles de competencia adaptados a distintas etapas educativas y propone incorporar la IA como herramienta transversal de pensamiento y análisis, no solo como recurso digital.

La formación continua debe abordar esta alfabetización con profundidad y visión estratégica. Desde Human AI, creemos que los programas de formación docente deben integrar la IA no como una moda, sino como una dimensión más del discernimiento educativo.

Una convivencia posible y necesaria

El avance tecnológico no puede ser excusa para renunciar a la pedagogía. Al contrario: exige más que nunca una educación con raíces, con mirada crítica, con vocación de servicio. Desde Human AI apostamos por esta convivencia: una alianza entre tecnología ética y docentes con sentido.

Porque la mejor tecnología es la que amplifica lo humano. Y el mejor futuro educativo será el que no olvide que todo empieza —y termina— en la persona.