Uso de los tests de personalidad

El uso de los tests de personalidad 

Cualquier profesional vinculado al desarrollo humano sabe que las personas y sus contextos interactúan. No son entidades separadas, ni separables. Si bien el uso de tests permite obtener datos de partida, son únicamente un instrumento para la toma de decisiones; son necesarios, pero no suficientes. 

Relevancia del uso de los tests

Los tests se utilizan para evaluar diferentes aspectos del comportamiento, la cognición y la personalidad de las personas. Estas pruebas son administradas en diferentes contextos, como en el ámbito clínico, educativo, laboral, entre otros. 

Su uso es realmente significativo porque permite a los profesionales que tratan con personas obtener información objetiva y precisa acerca de la persona a evaluar. Estas pruebas están diseñadas para evaluar aspectos específicos. Están estandarizadas, lo que significa que han sido probadas en una amplia muestra de personas para garantizar su confiabilidad y validez.

Un ejemplo es el International Personality Item Pool Five Factor Model (IPIP-FFM), un test de personalidad de acceso abierto que permite medir los cinco factores de personalidad y más de 250 escalas.

Los resultados de los tests son utilizados para, posteriormente, tomar decisiones en diferentes contextos: selección de personal, evaluación de habilidades y aptitudes, diagnóstico e incluso en el tratamiento de trastornos mentales.

Limitaciones 

Siendo relevantes y útiles para conocer al estudiante, al paciente, al candidato… en definitiva a la persona a evaluar;  los tests también presentan sus limitaciones. En el artículo «El uso y el mal uso de los test de personalidad», Datner aporta una visión crítica.

Con independencia de su validez, el autor hace una llamada a la prudencia. Avisa de los riesgos de un posible error de atribución, derivado de la predominancia tanto de las disposiciones individuales – como el estado emocional de la persona, el sesgo de auto-percepción o de deseabilidad social – como de la ignorancia de los factores de situación. 

“Si las organizaciones deciden usar estos tests, necesitan balancear las consideraciones de las disposiciones individuales con la consideración de las variables de la situación”.

A la hora de realizar análisis con «auto informes», no olvidemos la falacia de la validación personal o «Efecto Forer» al que Paul Meehl, uno de los grandes psicólogos clínicos del siglo XX, denominó  «Efecto Barnum»: aceptar descripciones personales vagas y generales como excepcionalmente aplicables a nosotros mismos, sin darnos cuenta de que esa misma descripción podría ser aplicada a cualquiera.

Personalidad en contexto científico

Con  “Evidencia sólida sobre habilidades blandas” , Heckman (premio nobel 2000) y Kautz demostraron que los rasgos de personalidad predicen y causan resultados.  Hoy en día la ciencia ha demostrado que la personalidad es un factor crítico para múltiples hitos en la vida. Tanto como las habilidades cognitivas o el conocimiento técnico (o incluso más); y, que además, es maleable.

Dentro de los modelos de evaluación de la personalidad, el modelo OCEAN es el único sobre el que existe un consenso científico mundial, y por ello, se utiliza en los campos educativo, laboral y terapéutico, y se vincula a las competencias socio-emocionales o softskills. 

Como conclusión…

La evaluación mediante tests puede ser, y es, una herramienta muy útil para el desarrollo humano. Al mismo tiempo es relevante utilizar pruebas y evaluaciones fiables para garantizar que los resultados sean precisos y útiles para el profesional. Los datos obtenidos se han de complementar con pruebas y observaciones directas de la persona, para así poder tomar buenas decisiones dentro de un contexto profesional.

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